Puedo alejarme… y encontrarte a la vuelta de cada esquina, en los reflejos del sol o las caricias de la luna.
Puedo pedirte explicaciones… y buscar las respuestas que quiero oír, y encontrar aún más preguntas que no me quiero hacer.
Puedo intentar evitarte, y así perderme también el mar y las noches estrelladas.
Pero no puedo dejar de amarte, ni de rendirme a tu canto de sirena,
y estrellarme en la rompiente de tu abrazo
aunque el encanto se deshaga cuando muera…
GJL
29/11/2007