martes, 19 de febrero de 2008

Hombre verdadero

Hace un tiempo quería postear algo... Y no es que no supiera qué. Sencillamente mi corazón pedía re-postear este cuento. Porque me cuenta. A pesar de haber sido escrito por mí hace ya 9 años. Siempre sirve volver sobre lo escrito. Releer, y sentirme comprendido por mí mismo. Para los que no lo leyeron antes. Pero sobre todo para mí.

Sangro. Intento incorporarme, pero el peso de la razón me lo impide. Dedos apuntan insensiblemente hacia mi ser caído. Me ahogo en el mar de ojos que me miran despiadadamente, y mi corazón se encoge.
Pruebo elevar mi brazo en busca de clemencia, pero choco con un techo de prejuicios incansables, que me aprisiona y me ahoga. Busco desesperadamente un rostro, o al menos algo que me recuerde la humanidad de la que vengo, de la que formo parte. Pero todo se torna difuso, y no puedo contener las lágrimas.
Me siento desfallecer, y pido piedad, y grito ya creo que incoherencias...
Entonces, escucho una voz que me llama...
"Levántate... levántate..."
El eco resuena en mi cabeza y me obliga a un esfuerzo supremo.
La voz me imprime una fuerza que no sabía que residía en mi. Creo en ella, y la fuerza aumenta. Poco a poco voy logrando la conciencia de mí, que necesito para erguirme y sentirme hombre otra vez.
La voz no cesa en su exhortación, y de pronto comienza a tomar forma delante de mí. Logro distinguir un rostro entre los cabellos desmarañados que me caen por el rostro. Y me encuentro con su mirada.
Paz... Una profunda paz comienza a invadirme. Todo su ser transmite una tranquilidad liberadora. Se incorpora, y tomándome por los hombros, pregunta:
"¿Dónde están los que te acusan?"
Recuerdo, y miro aterrado a mi alrededor, esperando encontrarme con los dedos y las miradas acusadoras... pero ya no están.
Entonces me encuentro nuevamente con Él. Sus ojos... Esos ojos vuelven a mirarme con un Amor que me quema hasta lo más profundo de mí.
Y dulcemente me dice:
"Yo tampoco te condeno. Vete, y no peques más".

Guille León
3, 10 y 11 de noviembre de 1998